lunes, 26 de septiembre de 2011


Cuando aún debe cursar dos debates en la Cámara de Representantes y recibir el aval de la Corte Constitucional, el proyecto de ley 206 de 2010, que busca castigar con cadena perpetua a los violadores de menores, ha sido atacado ferozmente y todo parece indicar que, como sucedió el año pasado, se hundirá. Primero fue la Comisión Asesora Para el Diseño de la Política Criminal del Estado de Colombia, recomendando al gobierno no apoyar la iniciativa por considerarla inconstitucional e inconveniente, por cuanto el proyecto no ofrece argumentos para probar que la imposición de una pena tal contribuiría a proteger con mayor eficacia a los niños; ahora, la representante Ángela Robledo, quien milita en el Partido Verde junto con la senadora Gilma Jiménez, principal abanderada del tema, ha reiterado su oposición a la implantación de la prisión vitalicia. Jiménez se mostró contrariada por el concepto de la Comisión y declaró que “la lucha por los niños tiene más obstáculos de los que la razón y el corazón señalan son los correctos.”

No son pocos quienes apoyan a Jiménez en su causa, no en vano obtuvo más de 180 mil votos en las elecciones parlamentarias de 2010. Sin embargo, tal como está planteado, el proyecto no debe ser aprobado y la honorable senadora tendría que responder a las acusaciones de populismo punitivo que se le hacen desde la Comisión y otros sectores políticos. 


Y es que autodenominarse “la senadora de los niños” y dar a entender en sus declaraciones públicas que quienes no apoyan el proyecto están en contra de los niños y a favor de los delincuentes es una irresponsabilidad indigna de una política con la fuerza electoral de Jiménez. ¿Cómo defender un proyecto que distorsionaría  la base fundamental del estado social de derecho que rige en el país? Como lo ha dicho la fiscal general de la Nación, Viviane Morales, la cadena perpetua no es una herramienta  de persuasión efectiva en contra de los violadores de niños, además de ir “en contravía de los Derechos Humanos y los tratados internacionales”.  Hay un orden, un deber ser de las cosas que debe ser respetado y nunca vulnerado, menos aun en nombre de una propuesta que hiede a populismo. 


Jiménez alega –adoptando un papel de víctima que no le queda nada bien- que ha encontrado  varias trabas en el camino de la defensa de los menores y dice no haber reparado nunca en el delincuente, pensando siempre en las víctimas. ¿Cómo puede ser que no haya considerado la condición humana del agresor? ¿Cómo puede negar de tajo la posibilidad de resocialización a un individuo que quiere reencausar su vida?  ¿Cómo puede ser que desconozca las estadísticas que señalan que la reincidencia en estos casos, según un estudio de Human Rights Watch, es del 24% si pueden recibir tratamiento social y sicológico? ¿Cómo contribuiría la pena de cadena perpetua a persuadir a un personaje que por su condición mental, según Jiménez, no tiene arreglo? Jiménez tendrá que responder a estas preguntas si quiere convencerme de apoyar su proyecto bandera.  Por lo pronto, quiero destacar que la última de estas preguntas hace evidente la contradicción de quienes defienden esa idea. Si un violador de menores no tiene capacidad de reconducir su conducta, una pena como la cadena perpetua no contribuiría en lo absoluto a proteger a los niños de los violadores que aún acechan en las calles y deberán pecar para satisfacer una condición mental sin vuelta atrás.

4 comentarios:

  1. Jiménez alega –adoptando un papel de víctima que no le queda nada bien- que ha encontrado varias trabas en el camino de la defensa de los menores y dice no haber reparado nunca en el delincuente, pensando siempre en las víctimas. ¿Cómo puede ser que no haya considerado la condición humana del agresor? ¿Cómo puede negar de tajo la posibilidad de resocialización a un individuo que quiere reencausar su vida? ¿Cómo puede ser que desconozca las estadísticas que señalan que la reincidencia en estos casos, según un estudio de Human Rights Watch, es del 24% si pueden recibir tratamiento social y sicológico? ¿Cómo contribuiría la pena de cadena perpetua a persuadir a un personaje que por su condición mental, según Jiménez, no tiene arreglo? Jiménez tendrá que responder a estas preguntas si quiere convencerme de apoyar su proyecto bandera. Por lo pronto, quiero destacar que la última de estas preguntas hace evidente la contradicción de quienes defienden esa idea. Si un violador de menores no tiene capacidad de reconducir su conducta, una pena como la cadena perpetua no contribuiría en lo absoluto a proteger a los niños de los violadores que aún acechan en las calles y deberán pecar para satisfacer una condición mental sin vuelta atrás.OJO SI TU TESIS SE BASA EN NO AL PROYECTO DE CADENA PERPETUA Y SÍ A LA RESOCIALIZACIÓN DE LOS INDIVIDUOS OJO CON LAS PREGUNTAS QUE HACES PORQUE ESTÁ PROBADO QUE ESTE TIPO DE SICÓPATAS TIENEN UNA ZONA DEL CEREBRO AFECTADA CUYAS NEURONAS NO SE REGENERAN Y SIENDO ESTE EL CASO SI CUMPLEN SU PENA Y SALEN A LA CALLE EL RIESGO ES MUY ALTO DE QUE SIGAN COMETIENDO EL DELITO PORQUE PARA ELLOS NO ES DELITO…ASÍ QUE DEBES REPLANTEAR EL PÁRRAFO. PODRÍA FUNCIONAR SI TE APOYAS EN ARGUMENTOS DE AUTORIDAD QUE REFUTEN EL CONTRAARGUMENTO…COMO ESTÁ PLANTEADO, SE CAE……
    NOTA 35

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  2. PERDÓN...EL ÚLTIMO COMENTARIO N O ERA PARA TÍ.

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  3. NO PRESENTASTE ARGUMENTOS SECUNDARIOS

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  4. Me encanta como escribes, leer un articulo tuyo nunca ha dejado de ser entretenido...!

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